Creo no estar haciendo arte siempre del mismo modo. Hay disitintos momentos. Hay cosas que me provocan un número de respuestas diferentes. Hay una urgencia, una necesidad de hacer y una adecuación de procedimientos.



El proyecto surge de la observación del perro de la calle, el perro sin dueño, que  se dirige hacia sitios inciertos como movido por impulsos interiores.

La búsqueda formal me lleva a acercarme al perro tipo despojado de los detalles de la raza o características individuales.

Pretendo recuperar la plástica infantil, la espontaneidad y la frescura de la infancia, así como también el arte primitivo.

Creo que, si en un lugar indeterminado, a una hora cualquiera se encuentran caminando, anónimos e indiferenciados, esos perros, podrían ser ellos mismos metáforas de los hombres que, estando próximos unos de otros, sienten sin embargo, un sentimiento de soledad que hace de cada uno un mundo propio.
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